Un destacado ecologista de la Universidad de St Andrews reclama una acción coordinada para investigar las repercusiones medioambientales de la salida de la humanidad de la pandemia de Covid-19.
A principios de 2020, los bloqueos de Covid-19 provocaron una "antropausia", es decir, una drástica reducción mundial de la movilidad humana. Dos años después, a medida que se van levantando las restricciones, parece inminente un aumento de la actividad viajera más allá de los niveles prepandémicos, o "antropofagia".
En un artículo publicado en la revista Nature Reviews Earth and Environment, el profesor Christian Rutz, de la Facultad de Biología de la Universidad de St Andrews, explica cómo, en las circunstancias más trágicas, la pandemia del Covid-19 ofreció oportunidades para estudiar el impacto de la humanidad en el mundo natural. Sostiene que la medición de los efectos de las pausas y los impulsos de la movilidad humana sobre los animales salvajes y su entorno nos ayudará a planificar un futuro más sostenible.
El equipo de Rutz había acuñado previamente el término "antropausa", para describir el periodo de inusual calma planetaria causado por los primeros cierres de Covid-19. La palabra se introdujo rápidamente en el lenguaje cotidiano e inspiró numerosos proyectos de investigación sobre la respuesta de la naturaleza cuando aproximadamente la mitad de la población humana mundial se refugiaba en casa.
Uno de estos proyectos es la iniciativa COVID-19 Bio-Logging. Este consorcio internacional de investigación, que Rutz ayudó a poner en marcha en mayo de 2020, investiga los movimientos de la fauna antes, durante y después de los cierres de Covid-19, utilizando datos recogidos con diminutos dispositivos electrónicos acoplados a los animales llamados "bio-loggers". El equipo ha acumulado más de mil millones de registros de localización GPS de unos 13.000 animales marcados de todo el mundo, entre ellos aves, mamíferos y diversas especies marinas.
Ahora, a medida que el mundo emerge lentamente de esta devastadora pandemia, es posible que asistamos a una reversión temporal de los efectos del cierre anterior. La gente está dispuesta a recuperar el tiempo perdido en los últimos dos años y planea ver a sus amigos y familiares, disfrutar de unas vacaciones atrasadas y ponerse al día con sus compromisos laborales. Esto podría provocar un aumento global de la movilidad humana", explica Rutz, que ha dado a este fenómeno un nombre apropiado: "antropismo".
Un antropomorfo post-pandémico tendría probablemente importantes repercusiones medioambientales, que Rutz y otros científicos están preparando para documentar.
El profesor Richard Primack, biólogo conservacionista de la Universidad de Boston (EE.UU.), comenta: "La pandemia causó un sufrimiento interminable, pero como científicos, no podemos dejar pasar la oportunidad de evaluar las consecuencias medioambientales de estas pausas y pulsaciones en la movilidad humana".
La Dra. Marlee Tucker, ecóloga del movimiento de la Universidad de Radboud (Países Bajos), que colabora con Rutz en varios proyectos de seguimiento de animales, está de acuerdo: "Hay lecciones muy importantes que podemos aprender para la biología de la conservación y la planificación medioambiental. Hacemos este trabajo para buscar formas innovadoras de mitigar los impactos ambientales adversos".
Los científicos quieren comprender mejor cómo afectan los distintos aspectos de la actividad humana al mundo natural, incluidos los movimientos de las personas, los distintos tipos de tráfico motorizado y los niveles de contaminación asociados. En última instancia, esperan que este periodo de crisis permita a la humanidad identificar un camino claro hacia la construcción de un futuro sostenible.
Lea el documento: https://www.nature.com/articles/s43017-022-00276-x
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Para más información, póngase en contacto con
Christine Tudhope | Correo electrónico: christine.tudhope@st-andrews.ac.uk
Notas a los editores
La palabra "antropausa" se introdujo en 2020, en el artículo "COVID-19 lockdown allows researchers to quantify the effects of human activity on wildlife", publicado por Christian Rutz y sus colegas en la revista Nature Ecology and Evolution(https://www.nature.com/articles/s41559-020-1237-z).
Los editores del Oxford English Dictionary han seleccionado "antropausia" como una de las palabras de 2020: https://languages.oup.com/word-of-the-year/2020
Como presidente de la International Bio-Logging Society(https://www.bio-logging.net), el profesor Rutz ayudó a lanzar -y ahora preside- la Iniciativa COVID-19 de Bio-Logging. Este consorcio internacional de investigación cuenta con más de 500 socios, está financiado por la Fundación Gordon y Betty Moore y la National Geographic Society, y ha sido recientemente respaldado por el Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible.
Las fotos de animales equipados con dispositivos de seguimiento biológico están disponibles aquí (por favor, acredite a los fotógrafos, como se especifica en los nombres de los archivos): https://bit.ly/3D7HAFG
El profesor Rutz está disponible para entrevistas en inglés o alemán, y puede ser contactado directamente(christian.rutz@st-andrews.ac.uk), o a través de la Oficina de Comunicaciones de la Universidad de St Andrews (Christine Tudhope: christine.tudhope@st-andrews.ac.uk).